Medellín, Colombia, 29 de mayo de 2020
Señores
Iván Duque Márquez
Presidente de la República de Colombia
Ángel Custodio Cabrera Báez
Ministro de Trabajo
Bogotá, Colombia
Asunto: Discriminación en subsidios, en detrimento de las trabajadoras domésticas
Respetados señores Presidente y Ministro.
En Colombia, al igual que en el resto del mundo, enfrentamos una pandemia que nos ha obligado a un confinamiento en los hogares, como medida para prevenir el contagio del virus. Sin embargo, ese confinamiento, en condiciones dignas, es un privilegio de pocos en este país. Nos preocupan sectores de trabajadores y trabajadoras que no tienen la posibilidad de aislarse en sus casas con la garantía de un ingreso y prestaciones mínimas,y uno de los más representativos entre este grupo son las cerca de 688 mil trabajadoras domésticas, un sector feminizado, desvalorizado, empobrecido históricamente.
En estos momentos en donde el cuidado, con sus labores del hogar, se ubica en la columna vertebral del soporte a la sociedad, no hemos encontrado que ninguna de las normativas extraordinarias para conjurar la pandemia, aliviar la crisis y promover la reactivación laboral, se haya dirigido al sector del trabajo doméstico remunerado.
Si bien entendemos la importancia del sector empresarial, consideramos que las medidas que se han expedido profundizan la discriminación de género y la exclusión del sector de trabajo doméstico, altamente vulnerable. El gobierno nacional anunció que pagará el 50% de la prima de junio para trabajadores formales que estén en el rango de un salario mínimo. Sin embargo, decidió excluir de este beneficio a las trabajadoras domésticas. No entendemos por qué se otorgan auxilios al empleo formal empresarial a través del subsidio a la nómina y a la prima de servicios, y se excluye de esos mismos subsidios a las trabajadoras domésticas, como si no fueran trabajadoras.
Exhortamos al Estado a que actúe en sintonía con las millones de voces en Colombia que durante estos meses de confinamiento han exaltado al cuidado y a las trabajadoras domésticas como fundamentales para la vida, y a que enmarque sus acciones en este
contexto:
- Se trata de un sector laboral de 688.000 mil personas, mucho más numeroso que otros sectores de la economía; de esas 688.000 personas, el 96% son mujeres, y más de un 50% son cabeza de hogar.
- Dar cumplimiento a lo dicho en varias ocasiones por la Corte Constitucional en el sentido de que “las personas que trabajan en el servicio doméstico gocen de los mismos derechos que los demás trabajadores” así como también que el “Estado debe desplegar esfuerzos adicionales en dirección de superar desigualdades y garantizar la existencia de condiciones de trabajo decente para las mujeres de este sector”.
- Evitemos repetir la discriminación que existió con las trabajadoras domésticas hasta 2016 con el derecho a la prima de servicios.
- Rechazamos la distinción entre trabajadores del servicio doméstico y otros trabajadores para efectos del subsidio al pago de prima de servicios de quienes ganen un salario mínimo. Como lo señaló la Corte Constitucional en la Sentencia C-871 de 2014, distinguir a las trabajadoras del servicio doméstico de otros trabajadores formales para efectos del pago de la prima resulta irrazonable y, por lo tanto, violatorio del principio de igualdad.
Invitamos a la revisión de estos decretos a la luz de la Sentencia T-185 de 2016 de la Corte Constitucional que declara a las trabajadoras domésticas como sujetos de especial protección del Estado.
Pedimos que se materialicen espacios de diálogo con el sector de las trabajadoras domésticas, como la Mesa Tripartita de impulso al Convenio 189, para que se haga efectiva la protección de garantías mínimas de ingresos a este sector.
Invitamos al Estado, a los medios de comunicación, a los gremios, a los empleadores/as y a la sociedad en general a que el reconocimiento que hemos hecho en estos meses del trabajo doméstico y los trabajos de cuidado, los materialicemos en hechos, y que convirtamos esta difícil experiencia en una gran oportunidad para saldar la deuda histórica que el país tiene con el trabajo doméstico.
Cordialmente,
Asociación de Trabajadoras Remuneradas del Hogar – Asotrabajadoras,
Central Unitaria de Trabajadores – CUT,
Centro de Estudios Sociales Defens,
Centro de Solidaridad de la AFL/CIO,
Corporación Viva la Ciudadanía,
Escuela Nacional Sindical – ENS,
Fescol,
Fundación Bien Humano,
Hablemos de Empleadas Domésticas,
Mesa de Economía del Cuidado Antioquia,
Mesa Intersectorial de Economía del Cuidado,
Observatorio para la equidad de las Mujeres – OEM,
Oxfam,
Red Nacional de Mujeres,
Representante a la Cámara Ángela María Robledo,
Representante a la Cámara María José Pizarro,
Senador Iván Marulanda,
Senadora Angélica Lozano,
Senadora Victoria Sandino,
Sindicato de Trabajadoras del Hogar e Independientes –Sintrahin,
Sindicato de Trabajadores de la Industria de productos Grasos y Alimenticios – Sintraimagra,
Sintrahin,
Symplifica,
Trabajo Unido por el Cuidado de la Vida en Colombia – Truncuvic,
Unión de Trabajadoras Afro del Servicio Doméstico – UTRASD,
Veeduría Ciudadana al Plan de Desarrollo de Medellín
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