Se dio una decisión clave e histórica: La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reconoció el cuidado como un derecho humano autónomo.
Según el fallo, todas las personas tienen derecho a cuidar, a ser cuidadas y al autocuidado en condiciones de dignidad y con el apoyo necesario para hacerlo posible.
Al respecto precisó: “El derecho autónomo al cuidado comprende el derecho de toda persona de contar con el tiempo, espacios y recursos necesarios para brindar, recibir o procurarse condiciones que aseguren su bienestar integral y le permitan desarrollar libremente su proyecto de vida, de acuerdo con sus capacidades y etapa vital”.
La opinión consultiva de la Corte, emitida tras la solicitud enviada por del Gobierno de Argentina, subraya que el cuidado es esencial para el desarrollo de la vida, la salud, la autonomía y la participación plena en la sociedad.
“El cuidado, en este sentido, se configura como el conjunto de acciones necesarias para preservar el bienestar humano, incluida la asistencia a quienes se encuentren en una situación de dependencia o requieran apoyo, de manera temporal o permanente. Así entendido, el cuidado constituye también una necesidad básica, ineludible y universal, de la cual depende tanto la existencia de la vida humana como el funcionamiento de la vida en sociedad”, se explica en el documento emitido por parte del Tribunal.
Este pronunciamiento obliga a los Estados de la región a garantizar políticas públicas que reconozcan el valor del cuidado y aseguren condiciones laborales justas para quienes lo realizan. También plantea que el cuidado debe ser una responsabilidad compartida entre el Estado, las familias, las comunidades y el sector privado, dejando atrás la visión que lo relega al ámbito doméstico y mayoritariamente a las mujeres.
Para la Fundación Hablemos de Trabajo Doméstico esta decisión abre una puerta de esperanza y transformación.
“Esta declaración no solo reconoce un derecho; reconoce a las personas que día a día lo hacen posible que las empresas funcionen, que los hogares sigan teniendo su cotidianidad. Es un paso enorme para hacer más consciencia de la importancia del cuidado para la sociedad; y aunque avanzamos en tener un piso jurídico mucho más sólido está al frente el reto de hacerlo real con acciones e implementación”, expresó Andrea Londoño Sánchez, fundadora y directora de la Fundación.
Garantías del cuidado, una tarea clave
El reconocimiento del cuidado como derecho humano es también la oportunidad de dar mayor relevancia al trabajo doméstico y del cuidado, y refuerza la urgencia de construir sistemas integrales de cuidado que dignifiquen a quienes sostienen la vida.
Al respecto, el documento de la Corte señaló: “Los trabajadores de cuidados remunerados cuentan con los mismos derechos de cualquier otro trabajador. Debido a ello, y considerando su invisibilización histórica, la Corte estimó que los Estados deben implementar medidas especiales para garantizar el pleno ejercicio de su derecho al trabajo en condiciones justas, equitativas y satisfactorias, incluyendo, promover la forma escrita de los contratos de trabajo, flexibilizar los criterios de acceso a la seguridad social, prevenir y atender riesgos asociados al trabajo, fiscalizar los lugares de trabajo, prevenir y sancionar el abuso, el acoso, la violencia, la trata de personas y la servidumbre”.
Además, la Corte IDH instó a los Estados a:
- Implementar sistemas de seguridad social que operen bajo los principios de universalidad, solidaridad, inclusión social y progresividad.
- Garantizar progresivamente licencias de maternidad, de paternidad y prestaciones familiares que permitan a las personas con responsabilidades de cuidado ejercer su derecho a cuidar.
- Permitir a los niños y niñas gozar del derecho a ser cuidado, manteniendo un nivel de vida adecuado durante periodos esenciales para su desarrollo.
- Asegurar progresivamente prestaciones de invalidez, vejez y sobrevivencia que permitan garantizar los derechos a cuidar y al autocuidado de las personas cuidadoras.
- Implementar progresivamente medidas para asegurar que las prestaciones económicas de la seguridad social se extiendan a las personas que por razón de su edad, salud o condición de discapacidad no pueden producir los recursos necesarios para su subsistencia y cuenten con un grado de dependencia por el cual requieren cuidados.
- Extender todas las garantías antes descritas deben garantizarse sin discriminación, lo cual implica hacer las adecuaciones necesarias para extender la protección a los padres y madres adoptantes y a personas con vínculos de familia no tradicionales, como las personas LGBTIQ+ o las personas en familias monoparentales.
Para ONU Mujeres la declaración del Cuidado como derecho humano es un hito. “Esta decisión histórica marca un antes y un después para millones de personas, especialmente mujeres, que han sostenido la vida sin reconocimiento ni garantías”, se pronunció este organismo multilateral en su cuenta de Instagram.
Este paso dado por la Corte Interamericana es importantísimo. Ahora, es claro que Estado y Sociedad avancen conjuntamente en la consciencia del cuidado y cómo se aporta desde cada sector.
Aquí se puede ver el desarrollo de este proceso, considerado el segundo proceso más participativo en la historia de la Corte y es el primer tribunal internacional en ser requerido para pronunciarse en torno al cuidado.