En Medellín y su Área Metropolitana la formalización laboral del trabajo doméstico mostró una tendencia positiva: entre 2023 y 2024 pasó del 51 % al 54 %, convirtiéndose en la ciudad colombiana con mejores indicadores de contratación “con todas las de la ley” en este sector del cuidado. El contraste es evidente: el promedio nacional de formalidad laboral del sector fue de apenas 20 %, y el promedio de todos los sectores económicos estuvo en el 44 %.
Este logro no es casual. Detrás hay más de 15 años de trabajo planificado de organizaciones de la sociedad civil localizadas en Medellín, con alcance nacional. Han impulsado estrategias para facilitar el cumplimiento de los deberes en la contratación, campañas para transformar la valoración del trabajo de cuidado en el hogar, incidencia política para equiparar normas con otros sectores, apoyo a sindicatos de trabajadoras del hogar e investigaciones que han servido tanto a la prensa como a los tomadores de decisión. Todo comenzó en 2011, y tuvo la suerte de coincidir con la adopción del Convenio 189 de la OIT como marco legal inspirador.
Así lo mostramos en la conversación que sostuvimos en la Fiesta del Libro de Medellín: Claribed Palacios, presidenta de la Unión de Trabajadoras Afrocolombianas del Servicio Doméstico, y yo, Andrea Londoño, directora de Hablemos de Trabajo Doméstico. Mientras yo compartía cifras de la plataforma estadística Valor Doméstico1, Claribed les ponía rostro y voz con argumentos y testimonios de las empleadas que representa.
“Yo me vine para Medellín y me empezaron a pagar mejor”, contaba de una trabajadora. Y Claribed añadía: “Esta ciudad tiene una representación de la clase obrera y del sindicalismo que se hace sentir”.
Contratos escritos: un cambio cultural
Entre 2023 y 2024 los contratos escritos de trabajadoras remuneradas del hogar dieron un salto sin precedentes: en Medellín pasaron del 38 % al 81 %; Bogotá avanzó del 34 % al 81 %; Cali, del 19 % al 68 %; y Barranquilla, del 6 % al 67 %.

“Ha sido muy importante lo que hacemos en cuanto a divulgación”, dice Claribed. “Muchos empleadores han optado por mejorar un contrato, que los blinda de demandas”.
Derechos que llegan al bolsillo
Los avances se sienten en la vida cotidiana de las trabajadoras. En Medellín y su Área Metropolitana, la prima de servicios se pagó al 53 % de las trabajadoras formales, frente a un 23 % en el resto del país.
“La prima es obligatoria, pero aún se nombra como un regalo. Con la prima las mujeres proyectan estudios para sus hijos, mejoras de vivienda, y otros sueños”, apuntó Claribed.
En cesantías, Medellín y el Área Metropolitana pasó del 50 % al 57 % entre 2023 y 2024, acercándose al 60 % promedio del resto de sectores económicos. A nivel nacional, apenas el 24 % de las trabajadoras domésticas accedió a este derecho. También en vacaciones pagadas la diferencia es clara: 51 % en Medellín, frente a 21 % en el país.
En cuanto a la jornada laboral, históricamente irrespetada en este sector, también hubo avances. El promedio semanal bajó a 46,2 horas en 2024 en Medellín y el Área Metropolitana, muy similar al 46,6 nacional.
“Que ya se note la aplicación de la disminución de la jornada es un avance. Cuando a una trabajadora le dicen: ‘me demoro, pero no me deje solos los niños, quédese’, esas horas ahora son extras que se pagan”, explica Claribed.
Conclusión a priori
No todo está resuelto. El tamaño del sector apenas se recupera: pasó de 46.800 a 47.400 trabajadoras entre 2023 y 2024, aún por debajo de las cerca de 54.000 del periodo prepandemia.
Los testimonios que trae Claribed, vocera de cerca, de 705.000 trabajadoras remuneradas del hogar en Colombia, recuerdan la fragilidad de este grupo poblacional: “No puedo trabajar solo para pagar un arriendo”.

Nuestra hipótesis es que en estos avances ha sido determinante la labor territorial articulada de organizaciones sociales, apoyada en estudios rigurosos, en un contexto gubernamental y legal habilitante, con vocación de largo plazo y, también, con la cuota de suerte que siempre juega en los cambios sociales.
“Gracias a que me tienen formalizada y me pagan mis prestaciones, me compré mi moto, y mi moto la tengo trabajando para mí, para mejorar mi situación”, comparte otra trabajadora.
Algo estamos haciendo bien en Medellín y el Área Metropolitana y merece estudiarse porque aún el 45 % de las trabajadoras del servicio doméstico permanece en la informalidad. Y no olvidemos que, como cuidadoras, al llegar a sus hogares enfrentan otras jornadas de trabajo doméstico no remunerado. Por eso la formalización es mucho más que un trámite: es una llave maestra para el bienestar, llamado ahora Trabajo Decente.
Andrea Londoño Sánchez
Directora, Hablemos de Trabajo Doméstico
- Valor Doméstico es una herramienta estadística en línea, especializada en trabajo doméstico en Colombia, con datos obtenidos de la encuesta GEIH del DANE. ↩︎