Historia Las Piezas que Faltan 1

Desde hace 40 años, cada 22 de julio, conmemoramos el Día Internacional del Trabajo Doméstico, para valorar y, en este caso, repetir que llevamos más de una década sin que mejore el cumplimiento de los derechos de las trabajadoras domésticas remuneradas en Colombia: el 80% está en la informalidad, no tiene salario mínimo, tiempo limitado de jornada, pensión, ni protección para accidentes laborales y maternidad, entre otros beneficios laborales. En contraste, el promedio de la informalidad laboral del resto de trabajadores es del 57,5%.

Hoy les contamos esta historia: el trabajo del hogar ha existido siempre y el esfuerzo por su reconocimiento no es nuevo. Lo novedoso del esfuerzo actual es un marco jurídico de derechos y una movilización multisectorial, parecida a un rompecabezas armado durante 13 años*.

La primera pieza de este rompecabezas se puso en el 2010, con la ley de Economía del Cuidado. En ese momento la informalidad del trabajo doméstico era del 85%. Luego vinieron el Convenio 189 de la OIT, decretos para modernizar la contratación de trabajadoras domésticas, fallos de las Cortes exhortando al Gobierno y a la ciudadanía a ampararlas como a los demás trabajadores, y leyes como la de Prima.

En este escenario se ha consolidado la movilización social: se crearon organizaciones de trabajadoras domésticas como UTRASD y otras cuatro, hoy reunidas en el Intersindical de Trabajo Doméstico; surgieron proyectos de trabajo doméstico en la Escuela Nacional Sindical, Fescol, la Fundación Bien Humano, el Centro de Solidaridad y la Fundación Hablemos de Trabajo Doméstico; estas entidades son la base de la alianza Comité de Impulso para la Incidencia del Trabajo Doméstico. Importante nombrar a las mesas de economía feminista y de cuidados, como la Intersectorial y otras territoriales como la del Valle y Antioquia.

Las empresas por su parte, han innovado con servicios para facilitar los trámites de la afiliación de trabajadoras domésticas. Las cajas de compensación, la cooperación, la filantropía y la academia han sido también claves con recursos económicos, pedagogía y conocimiento.

El actual Gobierno le apuesta a impulsar los derechos para el trabajo doméstico a través de vías incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo, la Reforma Laboral, la Ley de Inspección Laboral y el Sistema Nacional de Cuidado.

Si esta historia terminara hoy, tendría un final triste: a pesar de las condiciones favorables, después de 13 años la informalidad laboral de las trabajadoras domésticas sólo ha disminuido un 5%.

¿Qué piezas faltan para que la formalización laboral se mueva? Son varias: se necesitan estímulos para cumplir la norma, tributarios, por ejemplo; masificar tecnologías que faciliten la contratación; disminución de trámites, unificando formularios; apoyos para hogares que no pueden pagar la carga prestacional; pedagogía sobre la ley; planes de inspección y sanción; y finalmente, la pieza reina es usted, empleadora o empleador. Ponga la ficha que tiene en sus manos, muévase a contratar con todas las de la ley y anote el 22 de julio para celebrarlo.

*Puede encontrar la línea de tiempo de la Trayectoria del Trabajo Doméstico en Colombia en

Ana María Agudelo Gil
Fundación Hablemos de Trabajo Doméstico
@EmpleoenelHogar

22 de julio de 2023

#DíaInternacionaldelTrabajoDoméstico