A principios del mes se realizó en Cartagena el Simposio de mayor alcance de la última década en Iberoamérica sobre trabajo doméstico. Fueron tres días de intercambio de experiencias de los Estados iberoamericanos que han ratificado el Convenio 189 de la OIT, sobre trabajo decente para las trabajadoras domésticas.
Este 30 de marzo, Día Internacional de la Trabajadora del Hogar, nombramos, como en el Simposio, a las cerca de 20 millones de trabajadoras domésticas (el 96% del sector son mujeres) que hay en la región y que no tienen, al menos, los mínimos de bienestar que les daría el cumplimiento de las normas laborales.
Hace poco conocí a Las Palacio*, cuatro hermanas que migraron a Medellín para sobrevivir ejerciendo el trabajo doméstico remunerado. Marta, la mayor, fue la primera en salir de su pueblo, pero tuvo que retornar para cuidar de sus hermanos, tras la muerte de su madre. María la relevó y estuvo como empleada interna por 20 años, con jornadas de 15 horas diarias, sin pago de horas extras. Patricia, la tercera, relata vergonzosas discriminaciones: “Un día hasta me pidieron irme al patio cuando fuera a toser”. Y a Lucía algunos de sus empleadores no la afiliaron a la seguridad social y hoy sigue trabajando sin esperanzas de jubilación.
En Colombia hay, en números redondos, 700.000 empleadas domésticas como las Palacio, de las cuales sólo 100.000 laboran dignamente. El promedio de informalidad laboral del sector en la región es del 90%, mientras los demás sectores laborales están cerca del 55%.
El Simposio Iberoamericano Invertir en cuidados para hacer del trabajo doméstico un trabajo decente es una mina de conocimientos por explorar**. Los análisis los dividieron en dos: creación de normas y cumplimiento de las mismas. Del evento resaltamos: la Caja de Herramientas de la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar; el concepto de progresividad en el cumplimiento de las normas; las evidencias de que los países con mejores niveles de cumplimiento tiene organizaciones sindicales sólidas; el uso de las ciencias del comportamiento y las tecnologías digitales para promover y vigilar el cumplimiento; y la debilidad o inexistencia de representantes de empleadores/as, freno para el tripartismo.
En Colombia estamos en momentos intensos de propuestas legislativas. Por primera vez hay artículos explícitos sobre trabajo doméstico en la Reforma Laboral, el Plan Nacional de Desarrollo, y el Proyecto de Ley de Inspección Laboral. Las propuestas se han originado en las organizaciones sindicales de trabajadoras domésticas, con el apoyo de organizaciones sociales y el gobierno.
Hay razones para el optimismo: el vigor de las trabajadoras del hogar organizadas, la presencia del sector en la agenda política y pública, la mayor conciencia sobre el valor de los trabajos de Cuidado, y la existencia de aplicaciones para facilitar las afiliaciones. Sin embargo, compartimos la pregunta del Simposio ¿por qué la informalidad laboral del sector es la misma del 2010, a pesar de haber avanzado en la promulgación de leyes, casi equiparables con los demás sectores? Mientras tanto, recordemos que las transformaciones más importantes empiezan en el hogar: ¿en su casa cumplen las leyes de la trabajadora doméstica?
*Los nombres fueron cambiados por petición de las entrevistadas.
**La transcripción del Simposio en este enlace
Columna de Ana María Agudelo Gil
Líder de proyectos
Fundación Hablemos de Trabajo Doméstico
Columna publicada en El Colombiano el 30 de marzo de 2023.
Medellín, 30 de marzo de 2023