Ya vamos por el segundo mes del 2024 y por estos días aún es frecuente una pregunta: cuánto subió el salario mínimo para saber qué debo pagar a la empleada que trabaja en casa. Pero, ¿pensar en esa responsabilidad de un pago semanal o quincenal es suficiente en el trabajo doméstico?
Las cifras son importantes. También es relevante repasar qué hay que tener presente como empleadores durante el año. Confieso que no había caído en la cuenta que por muchos años en casa “hemos desempeñado el rol de jefes”. Y en ese tiempo, ¿hemos cometido errores? Sí, seguramente más aún cuando estamos en un límite delgado en cruzar el sentido de la palabra confianza. Confianza porque las empleadas domésticas que nos han acompañado se han integrado, sin proponérselo, a la dinámica de la cotidianidad del hogar. Hoy es testigo, compañera y hasta cómplice de nuestras historias más íntimas.
Confianza han tenido las personas que me han liderado en los equipos laborales de los que he hecho parte, pero no por ello eso me hace parte de su círculo cercano para tratarme como de la familia ni mucho menos para que sea la pauta de nuestra relación laboral.
Por eso, este es el momento perfecto (aunque siempre será el momento ideal) cuando se trata de “recomponer” si tenemos un punto débil o fortalecer este vínculo de trabajo que se teje en casa. Lo primero es que como empleadores siempre tengamos presente: que mi casa sea el mejor lugar para trabajar, o en argot empresarial: The best place to work.
Sí, puede ser una afirmación -en un principio- obvia. Sin embargo, ¡pilas! Porque muchas veces cometemos “errores” que nos pueden afectar a futuro. Como empleadores seamos conscientes de qué manera aportamos a que una familia tenga mejores oportunidades, sin depender de ganarse la lotería.
¿Cómo podemos hacer las cosas bien como empleadores? El paso más importante es informarnos adecuadamente. Hoy por hoy las redes sociales se han convertido en la fuente de datos infinita para aclarar dudas, pero ¿hay que darle crédito veraz a todo lo que lees en la web? No, lo ideal es consultar a quienes realmente saben. La ventaja es que en Colombia ya contamos con múltiples web y aplicaciones virtuales para consultar, de hecho, aquí en Hablemos de Trabajo Doméstico es nuestro principal objetivo. También están la calculadora ayudas provistas por el Ministerio del Trabajo, Symplifica, la aplicación móvil Aliadas y las diferentes cajas de compensación familiar.
Lo que sigue que es conversar con claridad con la empleada, también lo tenemos que interiorizar y proponer, porque somos el departamento de relaciones humanas de nuestro hogar. Cómo prefieres que se hagan las actividades en casa y ella de qué manera puede aportar con su servicio. ¿Pero la conversación se queda allí? Lo ideal es que no sea así, lo más adecuado es plasmar los aspectos relevantes en un contrato por escrito para evitar malos entendidos y tener presente en calendario qué fechas son relevantes.
Puede que preguntarles a las amigas o a la familia sea una pauta de orientación, no obstante, en la legislación colombiana se definió que cada casa, cada hogar es un escenario de trabajo y como tal hace que cada uno de nosotros, los que somos empleadores, cumplamos con algo vital: afiliación a la seguridad social.
En “coquito” -como decimos aquí en Antioquia- esto es lo que permite a la trabajadora del hogar contar con los beneficios de acceder a la salud o contar con las ventajas de la caja de compensación, la protección de tener un respaldo económico al momento de su retiro o jubilación; y acceso a la atención en caso de una enfermedad causada por su actividad laboral.
Allí es precisamente cuando decimos que sí podemos hacer las cosas bien desde casa como espacio laboral. Pensemos que en este entorno se replica, en “menor escala”, lo mismo que pasa con nosotros cuando hacemos parte del equipo laboral de cualquier compañía. ¿Aceptamos trabajar sin garantías laborales como el pago de las prestaciones? ¡No! Entonces repliquemos y hagamos bien las cosas como empleadores y que las puertas de nuestra casa se abran para buenas oportunidades para ellas. Que sea un buen propósito para los 11 meses que nos quedan de este 2024.
Lina Claudia Guarín Toro
Fundación Hablemos de Trabajo Doméstico