Foto: FNPI
Durante una charla sobre periodismo y género, en el pasado Festival Gabo, celebrado en Medellín entre el 28 y el 30 de septiembre, tuvimos la oportunidad de escuchar a la periodista peruana Natalia Sánchez, ganadora de la Beca Oxfam – FNPI de periodismo sobre desigualdad, un reconocimiento que en su primera edición galardonó el mejor texto enfocado en la desigualdad de género en Iberoamérica.
Entre 185 concursantes, ganó su trabajo periodístico “Cama Adentro”, un reportaje publicado en la revista digital Malquerida (de la que Natalia es fundadora y directora), en el que combina testimonios, cifras, contexto legal y una mirada personal para contar cómo es la situación de las trabajadoras domésticas en Perú. Uno de los párrafos lo dice claramente:
“En nuestro país, no se requiere de tanto glamour para tener una empleada del hogar, como en otros países del primer mundo. Miles de peruanas –más de 300 mil, para ser exacta- trabajan en las casas limpiándolas, lavando, planchando, cocinando y cuidando a niños y ancianos; y no lo hacen como en la serie La Nana o la película Spanglish. En Perú, tanto en familias adineradas como en casas de profesoras del Estado como mi madre, existe todavía una consigna común: no es necesario respetar los derechos de las mujeres más pobres, incluso si son ellas las que nos alimentan y lavan nuestra ropa interior”.
Pero entre lo más interesante de este artículo está el cómo el tema llegó a Natalia y decidió comenzar una investigación; para la FNPI, la periodista respondió:
“El proceso comienza cuando recibo una solicitud de amistad en Facebook de la mujer que trabajó en mi casa por ocho años. En ese momento siento cosas contradictorias al mismo tiempo: por un lado estoy feliz por ella, por lo que veo en su perfil; por otro lado, no me puedo sentir bien y empiezo a preguntarme por qué no conozco a la mujer que trabajó tanto tiempo en mi casa y que supuestamente formó parte de mi familia.
Lo primero que hago es consultar con mi entorno familiar, converso con mi madre y con personas que tuvieron que ver con la decisión de que esta persona trabajara en mi casa. También fue algo personal porque empiezo a darme cuenta de cuánto tiempo y esfuerzo me cuesta limpiar mi casa, cocinarme y llevar a cabo las tareas del hogar.
Al mismo tiempo leía las leyes, especialmente la ley que las trabajadoras del hogar quieren cambiar. También fui a reunirme con las representantes de asociaciones y de sindicatos de trabajadoras, a quienes acompañé cuando protestaron al frente del Congreso”.
Ahora, Natalia, como ganadora de esta beca que le otorgó la financiación y el apoyo editorial para producir un nuevo texto sobre desigualdad y género, trabaja en la investigación y escritura de una radiografía sobre las esterilizaciones forzadas que se realizaron en su país durante la dictadura de Alberto Fujimori y la situación actual de las víctimas.
Sobre periodismo y género
En la charla del Festival Gabo, Natalia intercambió opiniones con dos de los jurados que le otorgaron la beca: Jineth Bedoya, subeditora de El Tiempo, y Eliézer Budasoff, Editor en The New York Times en Español, como oderador. De esta charla, que se puede ver completa aquí, queremos resaltar las siguientes citas:
“La violencia de género le quita el 50% del PIB a los países, hay que destacar eso en las agendas informativas”, Jineth Bedoya.
“¿Por qué arde tanto la palabra “feminista”? Es un tema sociológico, pero hay que vivir más para entender el feminismo”, Natalia Sánchez.
“Necesitamos a los hombres trabajando a nuestro lado para transformar realidades y cambiar las desigualdades”, Jineth Bedoya.
“Hay que dejar de tomar las cuestiones de desigualdad de género solo como noticia, también se pueden hacer especiales, investigaciones, reportajes que den a entender la problemática”, Natalia Sánchez.
“La violencia y desigualdad de género no la vencemos sin los hombres, los necesitamos para transformar realidades”, Jineth Bedoya.